martes, 16 de septiembre de 2014

El Incendio de la Educación

Hay personas que hablan de destino, otras lo llaman casualidad, otras muchas hablan de suerte. Yo prefiero hablar de causalidad, por el simple hecho de conocer que algo esta a punto de producirse y pongo todo mi enfoque en que realmente eso ocurra realmente.

Ahora mismo, si tú estas leyendo este articulo, significará que una vez más he conseguido que lo que algunos llaman destino, casualidad o suerte, realmente se haya convertido en una causalidad más de mi aprendizaje, y si lo deseas, de tu aprendizaje.

Hay personas que desde su "mapa" mental comparten, hablan y difunden que todo lo que estamos viviendo hoy en día es el resultado de un cambio de paradigma. 

Si realmente tú estuvieras interesado en conocer el por qué de muchas de las situaciones que estamos viviendo en este siglo XXI, sencillamente deberías buscar las causas que han provocado la situación actual. De esta manera, podrías tener los argumentos necesarios para, una vez conocidas las causas, poder comenzar a cambiar los efectos que están provocando sobre nuestra actual realidad.

Desde esta visión, me viene a la memoria la actitud del Emperador romano Nerón. Este caballero, en su época, decidió que la maravillosa ciudad y sociedad romana de su época no era de su agrado. Para ello, al igual que ocurre hoy en muchos ámbitos, se puso a pensar, a soñar con su propio cambio de paradigma. Pensó en nuevas clases sociales, nuevos edificios y jardines, nuevas leyes y nuevas personas que representaran los papeles que el quería que desarrollaran.

Para provocar este cambio de paradigma... ¿qué hizo?. Algo bastante simple para ciertas mentes, incendió la ciudad de Roma con el fin de reconstruirla como sólo el había soñado. Su sueño se convirtió rápidamente en pesadilla, volviéndose la sociedad del momento en su contra. Como todo buen "villano", tuvo la idea de culpar a los cristianos del hecho y provocación del incendio de la ciudad.

El resto de la historia es de sobra conocida, para apaciguar la frustración, el odio y el rencor que esta actuación había provocado, le dieron a su pueblo lo que realmente quería: pan y circo.

Y yo me pregunto, ¿hoy en día se está viviendo realmente un cambio de paradigma o simplemente algunos nerones no saben como apagar tantos incendios, los cuales ellos mismos han provocado y alimentado, y ahora para calmar a esta sociedad analfabeta de pensamientos,  simplemente los están colmando con un circo bautizado como cambio de paradigma?.

¿Realmente este cambio se está produciendo en la época actual o sencillamente estamos viviendo los resultados del cambio que hemos decidido vivir años atrás?

Entiendo que contestarnos a estas preguntas es importante, ya que las respuestas que nos proporcionan ambas situaciones difieren bastante a la hora de una mejor actitud con la que afrontar la realidad.

Cuando ahora contemplo la vida de mis padres, como han llegado a ser lo que son a sus 75 años de edad, veo con preocupación como valores sobre los que ellos forjaron su crecimiento y progreso apenas son tenidos en cuenta por mi generación (nací en 1968) y que decir de la generación actual. Muchos de ellos ni siquiera sabrán de lo que puedo estar hablando.

Personas que han sido modelo y ejemplo de austeridad, generosidad, honradez, previsión y trabajo. Eran conocedores de que estos valores les hicieron crecer en otros como el esfuerzo, libertad, armonía y respeto. Estaban formando una sociedad coherente y llena de energía, con claros signos de prudencia y saber comprender cual era su realidad.

Con su esfuerzo, construyeron una sociedad donde la educación y el sentido común iban de la mano. Donde ambos conceptos eran patrimonio fundamental de cada familia.

Y comenzaron a llegar los hijos de mi generación.  Nos vieron tan indefensos y ellos habían sufrido tanto para lograr alcanzar lo que tenían, que decidieron provocar un cambio de paradigma en nuestra educación. Incendiaron y arrojaron a lo inservible aquellos valores que habían conseguido hacer de ellos las personas que eran. 

Comenzó a nacer una generación de personas donde el significado que le daban a la educación era ir al mejor colegio, el más caro si era necesario, con los mejores materiales e instalaciones posibles. Una generación de personas donde las empresas dedicadas a la ropa de marca comenzaban a vislumbrar las debilidades que facilitarían su crecimiento, donde los niños actuales se consideran más o menos personas en función de toda la cantidad de cosas materiales que tienen en sus vidas (ropa, videoconsolas, motos, coches, etc). 

Me pregunto yo, ¿en qué consiste realmente el cambio del que tanto se habla? ¿dónde reside el secreto para que este cambio de paradigma se produzca realmente?

A mi entender, si somos incapaces de volver a nacer desde una educación donde valores como el esfuerzo, la humildad, la generosidad y la honradez con los que se construyó la generación de mis padres vuelvan a convertirse en pilares básicos sobre los que convivir, la sociedad actual continuará hundiéndose, eso sí, cargada de excusas, justificaciones y reivindicaciones.

Desde una educación en llamas, ¿ no sería más acertado parar y definir que cambio de paradigma necesitamos realmente?

Educando en Valores.












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