sábado, 24 de mayo de 2014

La Gran Sorpresa

Toda mujer y hombre deben de estar preparados para ser derribados en algún momento de su vida.

Los seres humanos deben ser conocedores de que esa persona que siempre ha sido violenta con los demás, no puede ser diferente consigo misma. Tiene que saber que cambiar la actitud hacia los demás comenzará en el mismo instante que decida cambiar la actitud hacia consigo mismo.

Es posible que al comenzar a reconocer la realidad de cada vida personal, las personas pueden llegar a escenarios donde piensen que su vida se está desmoronando, lloran a lágrima viva, sin temor a la crítica, al miedo de los sentimientos propios. Ser conscientes de observar como cada lágrima refleja los dolores internos que cada persona ha vivido fundamental.

Conocerlo les puede indicar que cada ser humano tiene sus propios motivos para hundirse ya que la vida que viven las personas es cíclica, y que no existen gigantes ni héroes que viven para siempre. Por ello, cada ser humano tiene sus motivos para llorar cuando así lo necesite o desee; unos con lágrimas húmedas buscando el consuelo de sus seres más queridos, otros, unas lágrimas alejadas de las miradas sociales. Ambas opciones, de igual manera, respetables.

Todos los seres humanos están compuestos en su células por cuarenta y seis cromosomas, pero son muy diferentes en la manera de afrontar las adversidades. Conocer que las frustraciones son un privilegio de los vivos y trascenderlas un privilegio de los sabios es una buena manera de comenzar ese camino.

A partir de ese punto, la gran sorpresa para tu vida, se puede encontrar mas cerca.






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