Un aroma especial, diferente y embriagador ha
llegado hasta mi corazón en estos últimos días. Un aroma lleno de anécdotas, recuerdos y
vivencias de todo lo vivido durante este año 2014.
Hoy quiero compartir contigo ese aroma especial recorriendo
una pequeña parte del pasado y una gran parte de presente y futuro.
Tu y yo sabemos que en Navidad vuelven las
costumbres pero también los recuerdos. Costumbres y tradiciones de unir a
esa parte de amigos y familia que demasiadas veces, a lo largo del año, sentimos tan
alejada de nosotros. Recuerdos de navidades pasadas donde miramos con nostalgia a aquellos seres queridos que ya no estarán contigo en este día tan entrañable, personas que
un día fueron importantes en tu vida y que hoy se encuentran difuminadas en
la maraña cotidiana de tu mente. Esos encuentros que pasaron y ya no volverán, porque la vida
nos demuestra día tras día que sólo se vive una vez.
Estas costumbres, tradiciones y recuerdos te han
hecho construir en tu mente una historia amable, amarga, feliz, incomoda,
triste, real, soñadora del día que hoy tienes por delante. Un día donde, una vez más, contemplamos como
el calor vuelve al corazón de la mayor parte de las personas, cómo la generosidad
entre tu entorno y tú misma/o te hacen desear compartir parte de ese amor
que guardas sin saber muy bien porque, en demasiadas ocasiones.
Ahora puede ser un buen momento para que cierres por
un momento tus ojos y pienses cuales pueden ser los valores que están dentro de ti, los que definen tu actitud y el comportamiento que vas a tener, primero contigo misma/o
y más tarde con todas las personas que tienes cercanas a ti.
Me gustaría que hoy fuera el
primer día de la vida que tanto has soñado, que ilumines con una vela cada uno de
esos proyectos que tienes alojado en algún cajón cerrado de tu cerebro o de tu corazón.
Quiero que sea el día en el que vuelvas a vibrar con cada cosa
que pueda significar dar un paso adelante en el futuro que tienes ante ti. Que
palabras como creatividad, esperanza, perseverancia, paciencia y fe por ese
nuevo sueño, se convierten en palabras habituales de tu diálogo contigo mismo a
partir de este momento. Porque tienes que estar preparada/o por si un día caes volver a
levantarte hasta que veas tu sueño hecho realidad.
Recuerda que muchos son los que se marcan sueños no realistas a
corto plazo y por ello piensan que son
imposibles. No cometas ese mismo error, sé que eres una persona
con sentido común, aproxima tu sueño a tu corazón y empieza a trabajar por el. Aliméntalo de valores
como el compromiso y el esfuerzo y camina y, aunque no lo consigas, piensa como
has avanzado y enriquecido lo más importante que tienes en esta vida, a ti misma/o.
Para iniciar este caminar necesitas ir ligera/o de
equipaje, debes desprenderte de todo aquello que sólo te ha servido hasta hoy para frenar tu
andadura por tu vida. Aleja de ti todos aquellos recuerdos donde el juzgar a
los demás, el odio, el resentimiento, la envidia y la desesperanza te han
consumido energías y lo que es peor… tiempo. No continúes desperdiciándolo, porque sabes que no lo puedes
volver a recuperar.
Hoy quiero que te comprometas con una sola cosa,
quiero que te ames. Llena tu vida de amor hacia ti, porque si eres capaz de
amarte tanto como tú quieras, sólo en ese momento, estarás preparada/o
realmente para compartir un trocito de ese amor con quien tu desees.
Desde ese gran amor hacia ti, empezarás a desprenderte de
esas creencias que han formado las cadenas que no te permiten avanzar hacia
donde tú deseabas, abraza tus imperfecciones y acéptalas porque forman
parte de ti y te hacen ser única/o.
Necesito que pongas tu corazón en todo lo que hagas,
para que, de esta manera des lo máximo de ti y desde el valor de la empatía te abras a los demás, ofreciéndoles la
oportunidad de compartir ese amor que llevas dentro. Hazte dueña/ del valor de la
asertividad para que el juzgar a los demás por sus hechos o palabras ya formen
parte de tu pasado.
Y por último, quiero pedirte que no te guardes nada, que
des el cien por cien de ti y lo compartas con los demás, que expreses lo que sientes en cada
momento, te guste o no, te haga feliz o no. Que compartas un te quiero con
quien tú pienses que es importante para tu vida, que le des
las gracias, que abraces y mimes a quien sea importante para ti. Y no olvides
una cosa importante, sorprende y muestra con acciones que realmente son
importantes para tu presente y futuro.
De esta manera te estarás haciendo responsable de tu vida, sin
excusas ni justificaciones que apaguen los aromas que están comenzando a
surgir en tu vida de presente y futuro, porque aunque se que no puedes
controlar todo lo que pasa, tienes que saber que el 80% de lo que te pasa
depende exclusivamente de ti, de tus acciones y de tus decisiones.
Ahora ya estás preparada/o para respirar ese aroma tan
especial que cada año nos aproxima la Navidad. Ha llegado el momento de
volver a abrir tus ojos, de que comiences a generar la vida que quieres para ti
y para los demás, desde la conciencia de que es lo mejor para ti y valores aquellas
cosas que suman o restan en tu discurrir por la vida.
El Aroma de la Navidad empieza por ti, dándote la prioridad
que te mereces, y no sólo por ti, sino porque de esta manera, harás que todo tu
entorno mejore contigo. Quiero que te conviertas en el líder, en el motor de
tu vida y tus seres queridos.
Y todo esto es importante porque, algún día, tu Aroma de Navidad se convertirá en pasado y llegará el momento de que
todos lo que han caminado a tu lado te recuerden no con lágrimas y si con una
gran sonrisa. Donde el tema principal sea como disfrutaste de cada momento de
tu vida, repartiendo todo lo que llevabas dentro, sin guardarte nada y dando lo
mejor que tenías.
Construye tu legado, crea tu aroma de Navidad y comparte por el mundo.
Es tu momento, es Navidad.
¡Feliz Navidad!
Adolfo López García
Coach Educativo y Personal