Es tiempo de ADVIENTO, es tiempo de
ESPERA, de FE, de CONVERSIÓN.
Desde el momento en que nacemos y nos
comienzan a educar nos van metiendo en nuestra mochila llamada “creencias de vida”, situada en el
corazón adjetivos que vamos creyendo, dando valor, metiéndolo en nuestra piel, interiorizándolo,
haciéndolo parte de nosotros.
Qué guapo/a
eres!, eres estupendo/a!! Mi hijo/a es muy tímido!! Eres mal/buen
estudiante!! Todo esto va conformando nuestra personalidad y nos va cambiando a
lo largo de toda nuestra vida haciéndonos actuar de una manera determinada.
Esto para mi es una parte del ADVIENTO, ese
cambio, esa conversión.
¿Te has parado a pensarlo?
¿Qué cambios tienes tú?
Los cambios son posibles, nos podemos
convertir en lo que queramos, tenemos todos
capacidad de cambio y conversión,
sólo tenemos que querer.
¿Quieres cambiar?
¿Hacia donde?
¿Hacia quién?
Todas estas creencias nos ayudan a formar
nuestro diálogo interior. Así tengamos una opinión de nosotros mismos nos
hablaremos bien o mal, y esos
sentimientos los grabaremos a fuego en nuestro corazón dando lugar a un corazón
duro o amoroso que nos impidan o nos lleven a AMAR, ESCUCHAR, SER FELIZ.
¿Cómo es tu diálogo interno?
¿Cómo te hablas?
¿Lo haces de manera positiva o negativa hacia
ti?
Al hablarnos mal podemos estar tentados,
¿dejas que la tentación te invada?.
Hay veces que queremos hacer algo por otra
persona y acto seguido nos preguntamos ¿para qué hacerlo, si de todas formas
tampoco tiene importancia? Si lo hago, qué pensarán los demás de mi? Todo esto
son tentaciones que nos impiden hacerle caso a nuestro corazón además, nos lo creemos y es mentira!!, si que nos lo merecemos, nos merecemos
todo lo bueno que nos pase y, sintamos que debemos hacer por los demás y por
nosotros!!!!!!
¿Aprovechas este tiempo de Adviento para
cambiar?
¿Para mirar más a Dios?
¿Para caminar hacia Él?
Ana Carrillo Egüilaz
Coaching Religioso
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